A la escasa información publicada sobre el uso de esta sustancia en madres lactantes, se une la muy frecuente toma simultánea de otros medicamentos anticonvulsivantes, algunos de los cuales actúan como inhibidores del metabolismo de diversas sustancias, mientras que otros influyen en sentido opuesto, lo que supone una dificultad añadida en los estudios farmacocinéticos y aumenta la variabilidad de los resultados en función de los medicamentos que la paciente reciba conjuntamente.

Algunos estudios sugieren que la dosis que recibe el bebé no supera el 4 % de la dosis administrada a la madre ajustada por peso.

Tomando como referencia las publicaciones disponibles, las dosis que no superan los 2100 mg/día de gabapentina producirían una modesta concentración sanguínea de la sustancia en el bebé. No obstante, aunque no se supere esta dosis, deben vigilarse posibles manifestaciones adversas en el niño, tales como somnolencia, aumento de peso inadecuado o alteración del desarrollo psicomotor, teniendo en cuenta que probablemente la madre recibe otros medicamentos anticonvulsivantes.

Gabapentina se excreta en la leche materna. Al desconocer el posible efecto sobre los lactantes, durante la lactancia se deberá administrar con precaución. Gabapentina solo se utilizará durante la lactancia, si los beneficios para la madre superan claramente los potenciales riesgos para el bebé.