Jueves 18 de Abril de 2024

Consejos para alimentar a su hijo

Primero     

Parece elemental, pero una técnica de alimentación correcta empieza por una higiene adecuada. Lávese las manos con jabón y agua. Limpie los pezones, las areolas y el resto de los senos con agua y jabón. Enjuaguelos hasta que no queden restos de jabón. Seque a conciencia ambos senos y repita estas operaciones al acabar. Esto es importante para su higiene personal y también para evitar las grietas del pezón.

Segundo     

Para alimentar a un bebé es necesario que este se encuentre despierto y con hambre. Estas condiciones son fundamentales para poder seguir con éxito el resto de consejos. Un bebé, especialmente los mas pequeños duermen un número considerable de horas al día. Se calcula que en el caso de un recién nacido puede ser superior a las 20 horas diarias. Intentar despertar a un lactante puede poner a prueba la paciencia de la madre mas entregada a su cuidado, por lo que parece preferible posponer la toma hasta que esté bien despierto.

El hambre lo manifiesta el niño de la única y, seguramente la mas eficaz manera de hacerlo: llorando. Un bebé que llora y se calla de inmediato cuando se coge en brazos no tiene hambre. Seguir esta regla evita muchos intentos de amamantar que no conducen a buen fin.

La persona encargada de alimentarlo debe excluir otras causas de llanto, como estar mojado, tener calor o frío o encontrarse incómodo por cualquier otra razón. Conforme usted adquiera experiencia, le resultará mas fácil identificar el llanto del hambre entre la gama de posibles expresiones de malestar del bebé.

Tercero     

El bebé debe encontrarse en una posición intermedia entre completamente erguido y completamente tendido, de forma que pueda ser sostenido con firmeza, pero también pueda eructar durante la tetada o el biberón sin riesgo de que vomite o regurgite por estar demasiado tendido. La experiencia le aconsejará cual es la posición preferida para su hijo. Sin embargo, le recomendamos un asiento mas bien bajo, con el pie del lado donde se coloque al niño algo mas alto que el contrario, a fin de que no quede excesivamente recostado. Puede valerse de un escabel donde apoyar el pie. Evite las mecedoras.

Cuarto     

Mantenga al bebé con la cara a la altura de la mama que va a ofrecer. Mantenga sujeto al niño con el brazo del lado donde este se encuentre. Si el niño está a su derecha, sujételo con su brazo derecho. Utilice el otro brazo para arrimar el pecho hacia el bebé, de manera que el pezón esté muy próximo a la boca, cuidando de no impedir la respiración. Recuerde que el bebé no sabe utilizar la boca para respirar.

Quinto     

Cuando el bebé percibe el olor o el sabor de la leche dirige su boca hacia el lugar de donde proviene, especialmente si usted presiona suavemente el pecho para que salga un poco. Si el bebé nota algún objeto en contacto con su mejilla, volverá la cabeza hacia ese sitio y abrirá la boca para aprehenderlo; son los reflejos de orientación y búsqueda, un mecanismo de supervivencia de la especie.

Si se aproxima el pezón, el bebé tratará de abarcarlo con toda su boca, incluyendo una parte considerable de la areola mamaria. Por esta razón, lo mas conveniente es acercar la mama a la mejilla del bebé, de manera que le resulte fácil atrapar el pezón cuando el reflejo de búsqueda le obligue a girar la cabeza y abrir la boca. Puede usted facilitarle las cosas empujando suavemente el seno hacia el interior de la boca.

Sexto     

Una vez introducido el pezón en la boca, se pone en marcha el llamado reflejo de succión. La lengua aprisiona el pezón contra el velo del paladar, teniéndolo sujeto. La succión por parte del niño pone a su vez en marcha un mecanismo de aumento de la secreción de leche, mediante la producción en la hipófisis de la madre de la prolactina, una sustancia que estimula lel trabajo de las glándulas mamarias, lo que asegura para el futuro inmediato del bebé una mayor producción de secreción láctea.

Séptimo     

Los recién nacidos normales no parecen estar interesados en alimentarse durante los primeros días de vida. No demandan comida con la frecuencia esperada ni tienen un reflejo de búsqueda vivo, lo que suele ser un importante motivo de preocupación en sus madres. No se debe forzar la alimentación mas allá de un ofrecimiento si ha pasado un intervalo de tiempo razonable(3-4 horas). Los niños normales acostumbran a empezar a reaccionar a partir del tercero o cuarto día y debe evitarse a toda costa producir estímulos negativos en el bebé a base de intentar obligarlo a comer.

Octavo     

La mayor parte de la leche que ingiere el niño, hasta un 90%, lo hace durante los cinco o seis primeros minutos, aunque puede ser incluso menos tiempo. Se debe dejar al niño que mame hasta que quede saciado y relajado; algunos bebés parecen necesitar un periodo prolongado de succión mientras que otros parecen saciarse con unos cuantos minutos. Si se prolonga la tetada mas allá de 20-25 minutos, se puede intentar desprender al bebé con mucha suavidad, insinuando un dedo en la boca a través de la comisura de los labios, lo que frena el reflejo de succión, pudiendo sacarse sin problemas el pezón de la boca.

El caso del bebé que lacta durante poco rato suele ser un motivo frecuente de preocupación acerca de su estado nutritivo. Si el niño aumenta de peso adecuadamente y parece encontrarse bien de salud, lo mas probable es que tenga un buen estado de nutrición. Con frecuencia, las madres de niños que lactan durante poco tiempo están preocupadas por la cantidad de leche que producen y recurren a administrar suplementos de leche con la idea de “ver” cuanto mama su bebé. Esto suele se innecesario y puede poner en peligro la lactancia materna, cuando el bebé se encuentra en buen estado de salud y lleva a cabo sus funciones normalmente.

Noveno     

Una vez el bebé ha terminado de mamar, es imprescindible mantenerlo erguido hasta que eructe. Se puede facilitar la expulsión de gases con unas suaves palmaditas en la espalda, sosteniéndolo apoyado sobre el hombro de la madre o cogido con firmeza pero con suavidad contra el pecho materno. En ambos casos, no es conveniente mover al bebé demasiado, a base de mecerlo.

Algunos niños parecen necesitar pausas a lo largo de la comida para eructar, ya que degluten mucho aire al mamar. Con el paso de unos pocos días percibirá si este es su caso.

Décimo     

Para asegurar una producción de leche materna satisfactoria, el estímulo mas eficaz para la producción de leche consiste en el vaciamiento completo de al menos un pecho. De no vaciarse del todo, las veces sucesivas se irá produciendo menos leche.

La conclusión lógica es que se debe vaciar al menos uno de los pechos. Si esto no aportara la cantidad necesaria de leche, entonces se ofrecerá leche del otro, pero es importante que se vacíe al menos uno o de lo contrario su cuerpo producirá menos leche la vez siguiente. Es del todo recomendable que si el bebé se ha tomado todo el contenido de un pecho y parte del otro, empezar la siguiente tetada por el que se vació de forma incompleta. De esta manera se asegura que,al menos ese se vaciará del todo, incluso aunque el bebé tenga menos apetito en esa ocasión.

Final     

Llevar a cabo una lactancia materna satisfactoria depende en gran medida de como se desenvuelva usted con su bebé durante los primeros días. Las dudas y las preocupaciones en exceso por el estado de salud de su hijo pueden acabar por hacer fracasar su intento de alimentarlo al pecho.

Intente seguir la pauta que indica el propio niño. Establecer un esquema rígido de horarios o de método puede crear un problema de adaptación entre su hijo y usted misma. En la gran mayoría de casos, los niños acaban por establecer su propio horario de comidas.

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