Martes 19 de Marzo de 2024

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MIGRAñA

¿A quienes afecta la migraña?     

La migraña es el segundo tipo de dolor de cabeza mas frecuente, sólo por detras de la cefalea de tensión. Se estima que afecta a mas de uno de cada diez pacientes adultos (12 %), siendo mas frecuente en la juventud y primeros años de madurez. A diferencia de la cefalea en racimos, la migraña afecta al triple de mujeres que de hombres.

Las hormonas femeninas juegan un papel muy importante en la aparición de la migraña. Así, antes de la pubertad la incidencia del trastorno es la misma en ambos sexos mientras que después de la menarquia, las jóvenes tienen una incidencia tres veces mayor que los varones de su misma edad. A partir de los cincuenta años, la prevalencia de la enfermedad vuelve a ser similar en ambos sexos.

La enfermedad tiene un importante componente hereditario, de forma que un paciente con antecedentes de migraña en la familia tiene tres veces mas probabilidades de sufrirla que alguien que no los tenga. Se ha estimado el peso de la influencia genética en casi el 50 %. Se trata, en cualquier caso, de un rasgo que se hereda de forma dominante.

¿Cuales son sus síntomas?     

Existen dos formas principales de presentación: la migraña con aura, que afecta al 15-20 % de los pacientes y la migraña sin aura (80-85% de los pacientes). Tanto un tipo como otro pueden surgir precedidos por síntomas desde incluso 48 horas antes del ataque, lo que en términos médicos se denominan pródromos (hiperactividad, euforia, depresión, aletargamiento, deseo intenso por determinados alimentos, bostezos y retención de líquidos). Estas manifestaciones son diferentes del aura, que consisten en síntomas de tipo neurológico y aparecen una o dos horas antes del comienzo del ataque, cesando al cabo de 45-60 minutos. Las manifestaciones del aura son diversas y pueden incluir mas de un tipo de perturbación.

Entre los signos típicos del aura figuran las alteraciones de la visión que, por lo general, afectan a ambos ojos, siendo la alteración mas frecuente el escotoma (una zona del campo visual sin imagen) que progresa expandiéndose, con un borde centelleante. Otras manifestaciones de aura son las parestesias en forma de hormigueo o entumecimiento de las extremidades, especialmente las manos y los pies, aunque también pueden afectar a la zona que rodea la boca. Es posible que el aura se manifieste también como una alteración del lenguaje o pérdida transitoria de fuerza en un miembro, vértigo, zumbidos o pérdida transitoria de oído, visión doble, alteración del estado de alerta y otros.

En pleno apogeo, el ataque suele durar desde unas pocas horas hasta varios días, presentando el paciente un dolor de cabeza generalmente intenso, que en el caso típico, empeora con el esfuerzo físico y se suele acompañar de hipersensibilidad a la luz y a los ruidos, náuseas y vómitos. Cuando el episodio dura una semana o mas, es de sospechar que se haya producido una lesión cerebral de origen migrañoso (infarto migrañoso).

Cuando el ataque de migraña dura mas de tres días, se considera que el paciente sufre lo que en términos médicos se llama estado migrañoso. Esta fase o estado está frecuentemente asociado al consumo prolongado de analgésicos y puede requerir una intervención de deshabituación.

¿Cómo se previenen los ataques de migraña?     

Medidas preventivas:

Dentro de las medidas no medicamentosas se incluye evitar los estímulos que desencadenan los ataques (algunas comidas o aditivos alimenticios, olores fuertes, iluminación intensa o directa), así como la instauración de un régimen de vida con horarios regulares, especialmente de comidas y sueño. Otras medidas útiles pueden ser el aprendizaje de técnicas de relajación, la terapia de tipo motivacional, la autohipnosis y otras técnicas de tipo conductal.

Es importante abstenerse del consumo de cafeína y evitar la utilización excesiva de medicamentos, especialmente analgésicos.

Tratamiento farmacológico preventivo:

En aquellos pacientes en quienes la migraña causa una incapacidad de varios días al mes merece la pena llevar a cabo un tratamiento dirigido a disminuir el número de ataques, lo que sin duda mejorará la calidad de vida de quienes la sufren. En general, el tratamiento preventivo está recomendado cuando las crisis interfieran con la actividad habitual del paciente durante tres o mas días al mes o bien se trate de crisis prolongadas o existan complicaciones de importancia en alguno de los episodios.

Los medicamentos habitualmente utilizados para la prevención de los ataques de migraña incluyen betabloqueantes (propanolol, atenolol, nadolol, etc.), antiinflamatorios (ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno), antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, nortriptilina), calcioantagonistas (flunarizina, verapamilo), anticonvulsivantes (divalproex, gabapentina, topiramato, lamotrigina). Otros fármacos útiles en la prevención de los ataques de migraña son la metisergida, la fenelzina, la toxina botulínica y el candesartán.

De entre estos medicamentos, los de primera línea son los betabloqueantes, los antidepresivos tricíclicos y los anticonvulsivantes, siendo los mas utilizados el propranolol, la amitriptilina, los derivados del ácido valproico y el topiramato. En cada caso en particular, el médico orientará al paciente acerca de la mejor opción posible.

¿Cómo se tratan los ataques de migraña?     

El tratamiento de los ataques va dirigido a reducir la intensidad y la duración de los mismos. Las medidas farmacológicas para abortar un ataque de migraña pueden ser suficientes en caso de ataques poco duraderos y moderadamente intensos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la utilización de analgésicos durante mas de tres días en semana puede aumentar la intensidad y frecuencia de aparición de los ataques.

Los ataques leves pueden tratarse con analgésicos habituales como paracetamol, ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno y otros similares. En el caso de las embarazadas, el paracetamol es el medicamento mas apropiado, combinado en los casos de mayor intensidad con codeína.

Los ataques de intensidad mediana a severa pueden tratarse con dihidroergotamina y antagonistas de los receptores serotonínicos 5-HT, como sumatriptán y otros similares. Otra alternativa es la ergotamina oral o sublingual, que debe administrarse preferentemente al inicio del ataque. El uso de agentes antimigrañosos con propiedades vasoconstrictora, como la ergotamina y derivados, pueden representar un riesgo añadido en pacientes con hipertensión arterial mal controlada o problemas coronarios.

Los ataques de importancia se tratan en el ámbito hospitalario, generalmente con administración parenteral del medicamento (ergotamina, dihidroergotamina,opiáceos, antieméticos, etc.).

Última actualización de la página: 28 de mayo de 2010

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