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PARÁLISIS FACIAL (Enfermedad de Bell)

¿En qué consiste la parálisis facial?     

La parálisis facial consiste en el cese de la función del nervio facial, generalmente en un solo lado de la cara, que da lugar a la flaccidez de los músculos de la cara; la enfermedad se acompaña de debilidad muscular en el lado afectado como síntoma principal.

La parálisis facial mas común es la llamada parálisis de Bell o parálisis a frigore, una enfermedad aguda de causa desconocida que causa la parálisis del nervio facial, que controla el impulso nervioso a los músculos que conforman la expresión facial.

El nervio facial no sólo tiene fibras que llevan el impulso nervioso hacia los músculos faciales sino otras que se dirigen a las glándulas salivares y lacrimales, además de proporcionar sensibilidad (sentido del gusto) a mas de la mitad de la parte anterior de la lengua, por lo que, en caso de sufrir la enfermedad, puede perderse la sensación gustativa en esa porción de la lengua.

La alteración de la función del nervio facial afecta seriamente a la calidad de vida del paciente, ya que la cara es esencial para la comunicación y expresividad de las personas.

¿A quienes afecta?     

La incidencia de la parálisis oscila en torno a 10-40 casos anuales por cada 100.000 habitantes, pudiendo afectar a personas de cualquier edad y sexo, aunque aparece con mayor frecuencia en pacientes con afecciones respiratorias, diabéticos y mujeres embarazadas. Esta enfermedad no tiene preferencia por uno u otro lado de la cara.

La edad de máxima incidencia se sitúa alrededor de los 40 años.

Los pacientes que han tenido un episodio de parálisis de Bell, tienen una probabilidad del 10% de sufrir un nuevo ataque durante los diez años siguientes.

Causas de la parálisis facial     

La parálisis de Bell representa 5 de cada seis casos de parálisis facial y se considerada una enfermedad de causa desconocida. Las investigaciones encaminadas a relacionar el trastorno con el virus del herpes simple tipo I o la vacuna antigripal no han logrado demostrarlo de manera concluyente.

La opinión mas general es que esta enfermedad se produce por la inflamación y compresión del nervio en una zona estrecha en el cráneo (ganglio geniculado), donde no es posible la expansión libre del nervio inflamado, con la subsiguiente falta de riego sanguíneo y deterioro de fibras nerviosas.

Además de la parálisis de Bell, se puede producir parálisis del nervio facial en el curso de distintas enfermedades, pudiendo tener una apariencia idéntica a esta.

Varias afecciones del oído o de la glándula parótida pueden comprimir el nervio facial y originar parálisis. Las neuritis, consistentes en inflamaciones de nervios, pueden afectar al facial además de otros nervios del cuerpo. Las enfermedades del sistema nervioso, como los accidentes vasculares, trastornos degenerativos o tumores, también pueden dar lugar a una parálisis del nervio facial.

En general, las enfermedades diferentes de la parálisis de Bell se suelen acompañar de síntomas propios de cada una de ellas o su evolución a lo largo del tiempo es claramente distinto al de la enfermedad de Bell.

Síntomas de la parálisis de Bell     

Los pacientes con este trastorno se quejan de debilidad o parálisis completa de todos los músculos del lado enfermo de la cara. Los pliegues faciales, incluyendo el nasolabial, desaparecen. La frente parece carecer de surcos y la comisura de la boca desciende. La boca en su conjunto se desvía hacia el lado sano, debido al mayor tono muscular de ese lado.

La parálisis facial se va incrementando durante las siguientes 24-72 horas desde su inicio, con afectación de la frente y sin otras alteraciones neurológicas.

Los síntomas se van acentuando a lo largo de la primera semana y luego se va recuperando la normalidad gradualmente en un plazo de tres semanas a tres meses.

Es frecuente que el paciente no pueda ocluir completamente los párpados del lado de la parálisis, que puede dar lugar a abrasiones de la córnea y sequedad ocular.

Los párpados no ocluyen completamente el ojo. Al intentar cerrarlo, el globo ocular se gira hacia arriba.

El ojo se puede irritar a consecuencia de la falta de lubricación y la exposición permanente al aire, además de la escasa secreción lagrimal, aunque pueda parecer lo contrario, debido a la pérdida de control de los párpados, lo que permite que las lágrimas caigan libremente.

La frente puede estar inmóvil; también puede haber hipersensibilidad a los ruidos, alteración del sentido del gusto y dolor alrededor del pabellon auditivo.

La comida y la saliva tienden a acumularse en el lado de la parálisis y pueden salir hacia fuera por la comisura. Los pacientes se quejan a menudo de una sensación de entumecimiento sobre la zona afectada.

Una posible complicación a largo plazo es la debilidad de la musculatura facial del lado afectado.

¿Cómo se diagnostica?     

El médico se basará en los síntomas típicos de la enfermedad, con comienzo relativamente brusco y empeoramiento durante los primeros 7-10 días y recuperación posterior en 20-90 días y ausencia de otros síntomas neurológicos.

Las pruebas de laboratorio con alguna utilidad incluyen la determinación de glucosa en sangre y pruebas para descartar la enfermedad de Lyme en las zonas don de esta enfermedad es frecuente.

Cuando el paciente presenta otros rasgos de enfermedad que no corresponden a lo descrito para la parálisis de Bell, como por ejemplo un empeoramiento prolongado o síntomas sobreañadidos a la parálisis, el médico procederá a un detallado estudio.

¿Cómo evoluciona?     

Una vez transcurridas 3 semanas, el 85% de los pacientes se han recuperado de la enfermedad y en mas del 70% de los casos, la curación es completa. Entre los que continúan con síntomas, el 25% tienen secuelas leves o moderadas, mientras el 4% puede presentar secuelas de importancia.

Como secuelas, puede presentarse una debilidad permanente de los párpados, asimetría y contractura de la cara y otras alteraciónes funcionales (fonación, expresión, etc). En muchos pacientes se presentan secuelas psíquicas, cuya importancia frecuentemente supera la del propio daño físico.

¿Cómo se trata la parálisis facial?     

El tratamiento recomendado debe llevarse a cabo en los tres primeros días para reducir la duración de la enfermedad y/o aumentar la probabilidad de curación.

La terapia habitual de la parálisis de Bell puede incluir el tratamiento durante unos días con aciclovir o valaciclovir, por la posible intervención del virus del herpes en la producción de la parálisis, junto con prednisona u otro corticoide.

El médico valorará si el paciente sigue el curso esperable y decidirá si debe procederse a un estudio exhaustivo para determinar o descartar otras posibles causas de parálisis facial.

Los pacientes deben ser vigilados por la posible irritación del ojo y prescribir los lubricantes necesarios (lágrimas artificiales, ungüento lubricante) para evitar la sequedad ocular. Los pacientes con abrasiones corneales deben ser examinados por un oftalmólogo.

La debilidad permanente del párpado puede requerir una intervención quirúrgica.

La asimetría facial y las contracturas musculares pueden requerir procedimientos quirúrgicos cosméticos o de toxina botulínica.

Última actualización de la página: 27 de octubre de 2010

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