Principio activo: paroxetina
Nivel de riesgo en el embarazo: Este medicamento está clasificado en la categoría D
Estudios experimentales:
En un estudio de reproducción en animales, la paroxetina, no demostró efectos teratogénicos, a dosis hasta 9 veces la recomendada en humanos para el tratamiento de los síndromes depresivos, aunque sí se registró un aumento de las muertes de animales recien nacidos durante los días siguientes al nacimiento, cuando el medicamento se administró durante el último trimestre y se mantuvo durante la fase de lactancia.
Otro estudio, a dosis varias veces superiores a las del anterior, no mostró malformación alguna. Mientras que en un tercer ensayo experimental solo se comprobó una disminución del peso de los animales recien nacidos en comparación con los controles [1].
Estudios clínicos:
Se ha de mostrado el paso transplacentario de la paroxetina em mujeres embarazadas[2].
Los datos disponibles sobre el uso de paroxetina en el embarazo muestran un incremento del riesgo de malformaciones congénitas, especialmente cardiacas y también un riesgo aumentado de hipertensión pulmonar en el recién nacido, especialmente si se toma durante el primer trimestre del embarazo. Se ha reportado también un aumento de anomalías del comportamiento en niños de 2-6 años que habían sido expuestos a antidepresivos ISRS o ISRN.
Se han comunicado casos de síndrome de abstinencia en diversos neonatos expuestos a paroxetina intrautero. Los bebés presentaron nerviosismo, irritabilidad, letargia, mioclonias vómitos e hipotermia. Estos síntomas se presentaron precozmente tras el nacimiento y en algunos casos se resolvieron en pocos días, aunque persistieron mas de tres semanas en algún bebé[3].
Una investigación llevada a cabo entre 1991 y 1992 en el Reino Unido [4] sobre 71 embarazos, de los que en 63 la madre tomó paroxetina durante el primer trimestre, no registró una incidencia mayor de malformaciones congénitas en los nacidos vivos. Otro estudio observacional, mediante un cuestionario autoadministrado, identificó 63 embarazadas que tomaron el medicamento durante el primer trimestre de gestación. Se registraron 19 abortos, 11 de los cuales fueron electivos, una muerte intrauterina, dos nacidos a término muertos y 41 nacidos sanos sin defectos congénitos. En tres casos no se pudo hacer el seguimiento[5].
Un estudio de cohortes que incluía 97 embarazadas que habían recibido paroxetina durante el primer trimestre de gestación no registró diferencias significativas en ninguna de las variables analizadas, incluyendo proporción de nacidos vivos, abortos, malformaciones mayores, peso al nacimiento o edad gestacional respecto de los controles. El riesgo de anomalías mayores fue de 1.06 (IC 95% 0.43?2.62)[6].
Se llevó a cabo otro estudio observacional sobre 531 nacidos vivos de un total de 281.728 nacimientos registrados en el Swedish Medical Birth Registry, que habían sido expuestos durante el embarazo a algun antidepresivo ISRS, grupo al que pertenece la paroxetina. De estos, 118 recibieron sólo paroxetina y los restantes lo hicieron en combinación con otros antidepresivos. No se registraron diferencias respecto de los expuestos a otros antidepresivos, aunque se observó una duración inferior del embarazo en los bebés expuestos a algun antidepresivo respecto de los controles [OR:1.43; IC 95% 1.14-1.80][7].
Un estudio, también basado en el Swedish National Registry ha demostrado que los neonatos expuestos a paroxetina durante la gestación (n = 815) tienen un riesgo aumentado de malformaciones cardiovasculares (2%) en comparación con el conjunto de la población (1%), [OR:1.8; IC 95% :1.1-2.8]. Las malformaciones cardiacas son principalmente defectos septales, tanto auriculares como ventriculares, de grado variable, desde las que se resuelven por si solas hasta otras que requieren cirugía cardiaca.
Un estudio retrospectivo que incluía datos de casi 6000 pacientes que habían tomado algún antidepresivo, de los que 815 habían sido recibido paroxetina mostró tambien un aumento del riesgo de malformaciones cardiovasculares en los que recibieron este medicamento(1.5%)[OR: 1.5; IC 95%: 0.8-2.9].
Otros estudios amplios de casos y controles parecen indicar que el uso por parte de la madre de paroxetina durante el primer trimestre del embarazo se asocia a un aumento del riesgo de sufrir algún tipo de obstrucción del tracto de salida del ventrículo derecho [OR: 2.5-3.6].
Un metaanálisis de datos epidemiológicos que abarca un periodo de 16 años (1992-2008) sugiere que existe una ocurrencia mas elevada de malformaciones cardiovasculares en niños expuestos intrautero a paroxetina durante el primer trimestre [OR:1.5; IC 95%:1.2-1.9] y también hay una mayor incidencia de malformaciones en general[OR:1.2; IC 95%: 1.1-1.4).
Los recién nacidos expuestos a paroxetina y otros medicamentos análogos durante el último trimestre pueden presentar complicaciones inmediatamente después del parto, que pueden requerir hospitalización, ventilación asistida y alimentación por sonda. Los síntomas podrían ser debidos a un efecto tóxico del antidepresivo o a un síndrome de abstinencia.
Igualmente, la exposición fetal durante la segunda mitad del embarazo a antidepresivos ISRS o ISRN aumenta uns seis veces mas el riesgo de hipertensión pulmonar persistente que en los nacidos no expuestos, pasando la incidencia de 1a 6 de cada 1000 nacidos vivos . También se ha observado una mayor incidencia de prematuridad en niños expuestos durante el embarazo a estos antidepresivos.
Conclusiones:
Las pacientes en edad fértil deben ser advertidas de los posibles riesgos para el futuro bebé de la exposición a paroxetina, recomendando en su caso un método anticonceptivo eficaz. Si la paciente queda embarazada, debe ser igualmente advertida de los riesgos para el bebé de tomar el medicamento.
A menos que los beneficios para la madre superen claramente a los eventuales riesgos para el niño, debe considerarse la posibilidad de interrumpir el tratamiento o cambiar a otro antidepresivo. Es necesario también tener presente que la supresión del tratamiento antidepresivo puede dar lugar a un empeoramiento clínico de la madre.
Referencias:
1:. Coleman FH, Christensen HD, Gonzalez CL. Rayburn WF. Behavioral changes in developing mice after prenatal exposure to paroxetine (Paxil). Am J Obstet Gynecol 1999;181:1166?71.
2: Rampono J, Simmer K, Ilett KF, Hackett LP, Doherty DA, Elliot R, Kok CH,
Coenen A, Forman T. Placental transfer of SSRI and SNRI antidepressants and effects on the neonate. Pharmacopsychiatry. 2009 May;42(3):95-100. Doi: 10.1055/s-0028-1103296.
3. Stiskal JA, Kulin N, Koren G, Ho T, Ito S. Neonatal paroxetine withdrawal syndrome. Arch Dis Child Fetal Neonatal Ed 2001;84:F134?5.
1999;48:142?7.
4: Inman W, Kubota K, Pearce G, Wilton L. PEM report number 6. Paroxetine. Pharmacoepidemiol Drug Safety 1993;2:393?422.
5. Wilton LV, Pearce GL, Martin RM, Mackay FJ, Mann RD. The outcomes of pregnancy in women exposed to newly marketed drugs in general practice in England. Br J Obstet Gynaecol 1998;105:882?9.
6. Kulin NA, Pastuszak A, Sage SR, Schick-Boschetto B, Spivey G, Feldkamp M, Ormond K, Matsui D, Stein-Schechman AK, Cook L, Brochu J, Rieder M, Koren G. Pregnancy outcome following maternal use of the new selective serotonin reuptake inhibitors. A prospective controlled multicenter study. JAMA 1998;279:609?10.
7. Ericson A, Kallen B, Wiholm BE. Delivery outcome after the use of antidepressants in early pregnancy. Eur J Clin Pharmacol 1999;55:503?8.
Fecha de actualización 18.07.2009
Significado de la categoría D
Los estudios publicados, adecuados y correctamente controlados, o bien de tipo observacional, en mujeres embarazadas han demostrado un riesgo para el feto. Sin embargo, el beneficio del tratamiento puede sobrepasar en un caso dado los riesgos potenciales.
Fecha de la última actualización: 18.07.2009
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