El triazolam, es una benzodiazepina indicada para el tratamiento del insomnio. Aunque no se han publicado observaciones de anomalías congénitas atribuidas al uso de este medicamento durante el embarazo, otras benzodiazepinas son probablemente responsables de haberlas provocado después de la exposición de las gestantes durante el primer trimestre.

Se dispone de evidencia, a partir de estudios publicados en los años 70, acerca de que la exposición a este grupo de fármacos in utero se asoció con labio leporino con o sin fisura velopalatina, malformaciones cardiacas y otras malformaciones múltiples. Sin embargo, los datos de estudios posteriores no proporcionan una clara evidencia de un aumento significativo en la incidencia global de malformaciones o de cualquier tipo particular de defecto[1].

En animales de experimentación, el medicamento no dio lugar a malformaciones aún a dosis elevadas. Se desconoce si el triazolam pasa al feto a través de la placenta, pero otros medicamentos del mismo grupo sí lo hacen.

Algunas observaciones comunicadas al fabricante acerca de los efectos teratogénicos tras la exposición fetal durante el embarazo incluyen estenosis de píloro, hernia umbilical, frenillo lingual corto, pie zambo y otras malformaciones de tipo ortopédico[2].

Referencias:

1: McElhatton PR. The effects of benzodiazepine use during pregnancy and lactation. Reprod Toxicol. 1994 Nov-Dec;8(6):461-75. Review. PubMed PMID:7881198.
2. Barry WS, St Clair SM. Exposure to benzodiazepines in utero. Lancet. 1987 Jun 20;1(8547):1436-7. PubMed PMID: 2884529.