Existe una información limitada sobre los efectos de este medicamento durante la lactancia materna. Los estudios publicados refieren por lo general muy escaso número de observaciones, que no permiten extrapolar sus resultados al conjunto de la población.

A ser posible, la quetiapina debería sustituirse durante la lactancia materna por otro antipsicótico, ya que se desconocen los potenciales efectos adversos que pudiera tener.

De los casos referidos, parece desprenderse que la quetiapina pasa en escasa cantidad a la leche materna, mostrando habitualmente buena tolerancia, especialmente en dosis diarias inferiores a 400 mg. No obstante, debe tenerse en cuenta que una notable proporción de las madres que reciben quetiapina también toman otros medicamentos, principalmente antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos, que probablemente han jugado un papel primordial en las escasa observaciones conocidas de efectos adversos.

Algunos autores estiman que la cantidad de sustancia ingerida por el bebé no sobrepasa el 0.1 % de la dosis administrada a la madre, siendo el rango máximo de dosis inferior al 0.5 % de esta, en el peor de los casos posibles. Algunas mediciones estiman que a dosis materna de 400 mg diarios de quetiapina, el lactante puede llegar a recibir 0.1 mg/Kg/día de la sustancia. En un caso en que la madre recibía la dosis mencionada, el nivel de medicamento en el bebé alcanzó el 6 % del nivel sanguíneo materno.

Se ha publicado algún caso de galactorrea en pacientes que amamantaban a su bebé mientras tomaban quetiapina.

Se desconoce el grado en el que quetiapina se excreta en la leche humana. En consecuencia, se deberá aconsejar a las mujeres que se encuentran en periodo de lactancia que eviten dicha lactancia durante el tratamiento con quetiapina.