Martes 23 de Abril de 2024

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ENCEFALITIS AGUDA DISEMINADA

¿Qué es la encefalitis aguda diseminada?     

La encefalomielitis aguda diseminada es una enfermedad inflamatoria del sistema nervioso central, de base inmunológica, que por lo general sobreviene tras una infección vírica o vacunación.

Aparece con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, constituyendo aproximadamente uno de cada tres casos de encefalitis en países desarrollados. Anatómicamente, las lesiones de la masa encefálica pueden consistir en pequeños focos de inflamación dispersos alrededor de vasos sanguíneos o hemorragias de la misma distribución (leucoencefalitis aguda hemorrágica), de curso clinico de mayor severidad.

¿A qué se debe?     

En la gran mayoría de pacientes, generalmente niños, existe un proceso febril que antecede al desarrollo de la encefalomielitis.

La encefalomielitis se presenta en uno de cada mil casos de sarampión, uno de cada diez mil casos de varicela, uno de cada veinte mil casos de rubeola y, con menor frecuencia en otras enfermedades infecciosas típicas de la infancia, incluyendo las infecciones por el virus del herpes, virus de la gripe, virus parainfluenza, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus de la parotiditis(paperas), virus de la hepatitis A, mycoplasma pneumoniae, estreptococo ß-hemolítico y Campylobacter jejuni, entre otros microorganismos relacionados con la enfermedad.

Un porcentaje significativo de pacientes han sido inmunizados previamente a la aparición de la enfermedad. Se ha relacionado la encefalomielitis con la vacunación antirrábica, la del sarampión, gripe, parotiditis, tosferina y otras.

Cualquiera que sea el estímulo que pone en marcha a enfermedad, el daño no se origina directamente por el virus, sino por la respuesta inflamatoria del organismo y la degeneración de las fibras nerviosas que sigue al proceso inflamatorio. Sería posiblemente una autoagresión en la que anticuerpos contra el propio tejido jugarían un papel relevante. No se ha demostrado la participación directa de los microorganismos en la producción de las lesiones.

¿Que síntomas produce?     

En aquellos pacientes en que la encefalomielitis es consecutiva a una infección vírica, es cuadro de ambas se puede superponer o bien mediar un intervalo libre de síntomas de hasta 15 o 20 días, aunque en numerosos casos no se registra el precedente de esta infección.

El paciente, en vez de continuar con la mejoría esperada o hallandose ya restablecido, experimenta de nuevo fiebre, dolor intenso de cabeza, dolorimiento general, náuseas y vómitos, rigidez de nuca y, en caso de evolución a peor, alteración progresiva de la conciencia, pudiendo presentar tendencia al sueño, aletargamiento, convulsiones o incluso coma.

Pueden presentarse signos de parálisis de un grupo de músculos, de uno o mas miembros, pérdida de sensibilidad o alteraciones de la marcha junto a otros posibles síntomas dependientes del lugar en que asienten los focos inflamatorios, como rigidez muscular, dificultad para deglutir, hormigueos, falta de equilibrio, trastornos del lenguaje y otros.

¿Cómo se diagnostica?     

Cuando existe un antecedente de infección eruptiva infantil previa o inmunización es fácil sospechar que los síntomas del paciente corresponden a una encefalomielitis aguda diseminada. Por contra, no se dispone de una prueba única que permita confirmar con total seguridad el diagnóstico.

Sin embargo, existen datos clínicos en los que poder basar una presunción bien fundamentada:

1. Antecedente de cuadro infeccioso o vacunación 2-30 días antes de inicio del cuadro neurológico en un niño previamente sano.
2. Sintomas neurológicos diversos, con afectación a la vez de varias funciones
3. Hallazgo de lesiones específicas (desmielinizantes multifocales) en la resonancia magnética nuclear.
4. Hallazgos característicos en el líquido cefalorraquídeo.

¿Cual es el curso de la enfermedad?     

Aunque en un porcentaje significativo pueden presentarse secuelas, el pronóstico de conjunto es aceptable, particularmente en el niño. La mayoría de pacientes presenta un único brote de enfermedad, aunque existen pacientes que pueden llegar a sufrir varias recaídas. En los casos de recurrencias, estas suceden antes de que hayan transcurrido seis meses y los síntomas son similares al brote inicial.

Un porcentaje de pacientes no superior al 10 % de los casos puede evolucionar hacia un síndrome de esclerosis múltiple.

En general, las secuelas se centran en parálisis de uno o mas miembros y convulsiones, sucediendo en uno de cada cinco casos, aunque pueden registrarse como secuelas trastornos emocionales, de la conducta y del aprendizaje(cognitivas). En conjunto, teniendo en cuenta todos los casos, la mortalidad es proporcionalmente baja.

La encefalomielitis consecutiva a sarampión tiene una mortalidad que puede llegar a alcanzar el 20 % de los pacientes afectados.

¿Cual es el tratamiento?     

El tratamiento mas eficaz son los derivados de la cortisona(glucocorticoides) a dosis elevadas.

Todos los expertos coinciden en que este es el tratamiento de elección, pudiendose registrar mejorías apenas transcurridas 48 horas del inicio del tratamiento.

La inmunoglobulina humana intravenosa a grandes dosis y la plasmaféresis son otros recursos disponibles. Esta última es un tratamiento controvertido. Estos dos recursos se suelen emplear cuando los derivados de cortisona no han sido eficaces o estan contraindicados.

Algunos expertos recomiendan dar conjuntamente aciclovir mientras se descarta la participación del virus del herpes.

Última actualización de la página: 25 de febrero de 2009

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