Martes 19 de Marzo de 2024

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TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA

¿En qué consiste el trastorno de ansiedad generalizada?     

Los pacientes que sufren esta enfermedad tienen preocupaciones persistentes, excesivas o no basadas en situaciones o hechos reales, a lo que acompaña tensión muscular, dificultad de concentración, excitación autónoma, sintiéndose al límite, con inquietud e insomnio.

Estos pacientes son más propensos que otros a desarrollar una enfermedad orgánica y la presencia de un trastorno de ansiedad puede prolongar el curso de algunas patologías. Los paciente con trastornos de ansiedad tienen mayores tasas de mortalidad por todas las causas.

¿A quienes afecta?     

Los problemas de ansiedad son muy frecuentes, aunque -pese a ello- la mayoría de expertos consideran que estos trastornos estan menos diagnosticados de lo que deberían y, por lo tanto, no todos los pacientes que los padecen reciben el tratamiento adecuado.

Se calcula que la prevalencia de todos los trastornos con un componente significativo de ansiedad es del 31%, mientras que, específicamente, el trastorno de ansiedad generalizada afecta al 5% de la población en los países desarrollados. Se calcula que el 14% de los europeos desarrolla algún trastorno de ansiedad a lo largo de su vida.

En la mayoría de casos, el TAG comienza antes de los 25 años de edad, siendo mas frecuente en el sexo femenino.

El inicio de los síntomas suele ser gradual, aunque el TAG puede ser desencadenado por situaciones estresantes. Esta enfermedad tiende a ser crónica con períodos de exacerbación y fases de remisión.

Síntomas del TAG     

Síntomas relacionados con el Trastorno de Ansiedad Generalizada:

Se enumeran a continuación aquellos síntomas o comportamientos que tienen relación con el TAG. Todos ellos son comunes con otras enfermedades psiquiátricas y no son, por lo tanto, específicos de este trastorno.

- Preocupaciones persistentes o excesivas,
- Excitación fisiológica excesiva,
- Tensión muscular,
- Irritabilidad,
- Fatiga,
- Inquietud,
- Insomnio,
- Distorsión de la percepción de los hechos, con valoración poco realista de los problemas,
- Falta de concentración,
- Afrontamiento inadecuado de las situaciones,
- Deficiente capacidad de resolución de problemas.

Los pacientes con trastornos de ansiedad consultan frecuentemente con el médico y tienden más a ser vistos por médicos de cabecera que por psiquiatras. sometiéndose a exhaustivas pruebas de diagnóstico, esperando encontrar información negativa sobre su salud, suelen ser fumadores y es frecuente que abusen de otras sustancias (estimulantes, analgésicos, café, etc.).

Actualmente se da mas importancia al componente psíquico (preocupaciones) que a otros síntomas como la tensión muscular o los llamados síntomas vegetativos (sudoración abundante, palpitaciones).

los síntomas de TAG pueden ser incluidos en tres tipos:

- Distorsión de los procesos cognitivos (percepción, interpretación y valoración de las situaciones, hechos, circunstancias),
- Planteamientos erróneos o muy deficiente sobre cómo hacer frente a los hechos (afrontamiento),
- Excesiva excitación fisiológica.

Diagnóstico del TAG     

Con frecuencia, este trastorno es difícil de diagnosticar debido a la variedad de presentaciones y la frecuente asociación de otros procesos físicos o psiquiátricos.

Los criterios diagnósticos del TAG incluyen:

A. Ansiedad y preocupación excesivas la mayor parte de los días durante seis meses o mas, siempre relacionados con el conjunto de hechos o actividades que el paciente siente como su preocupación. por ejemplo, el trabajo o el rendimiento académico o escolar.
B. El paciente tiene dificultades para controlar las citadas preocupaciones.
C. La ansiedad y preocupación tienen relación con tres o más de los siguientes síntomas. En niños sólo se requiere un síntoma para el diagnóstico.

1. Inquietud, agitación o sentirse al límite.
2. Fatigabilidad.
3. Dificultad de concentración, tener la mente en blanco.
4. Irritabilidad.
5. Tensión muscular
6. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, sueño agitado).

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos deben poder causar malestar o deterioro de los aspectos social, laboral o de otras facetas importantes de su vida.

Es requisito para el diagnóstico de TAG que la preocupación y otros síntomas asociados deben estar presentes durante al menos seis meses y deben afectar negativamente a la vida del paciente (por ejemplo, el paciente pierde días de trabajo o no puede hacer frente a sus responsabilidades diarias).

El diagnóstico puede ser difícil debido a que la diferencia entre la ansiedad normal y el TAG no siempre es posible y porque a menudo coexiste con otros trastornos psiquiátricos (por ejemplo, depresión mayor, distimia, trastorno de pánico, consumo de sustancias de abuso).

Algunos trastornos tanto psiquiátricos como no psiquiátricos deben ser descartados como origen de la ansiedad del paciente. Enfermedades neurológicas y endocrinas, como el hipertiroidismo y la enfermedad de Cushing, son las causas médicas no psiquiátricas que dan lugar frecuentemente a ansiedad. Otras posibles causas son raras o muy raras y, por lo tanto, los pacientes no suelen requerir un examen extenso para descartarlas.

Los medicamentos como los corticosteroides, simpaticomiméticos usados en procesos catarrales, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), digoxina, tiroxina y teofilina puede causar ansiedad.

El médico también debe preguntar acerca del uso de productos a base de hierbas o vitaminas y sustancias con posible efecto de adicción. A ser posible, deben eliminarse todas las medicinas, plantas medicinales o de otra naturaleza que no sean esenciales para el paciente, incluyendo cafe, te, refrescos a base de cola o bebidas energéticas, antes de iniciar el tratamiento de pacientes con trastorno de ansiedad.

El uso y la abstinencia de sustancias adictivas puede causar ansiedad. El médico interrogará el uso de alcohol, cafeína, nicotina y otras sustancias de uso común del paciente, incluidos los administrados por prescripción.

Tratamiento     

El tratamiento consiste en dos tipos de recurso: farmacoterapia y psicoterapia. Las benzodiazepinas se usan para el tratamiento a corto plazo, pero debido a la naturaleza crónica del TAG puede ser necesario prolongar su uso durante meses o años. La buspirona y los antidepresivos también se utilizan para el tratamiento de pacientes con trastorno de ansiedad generalizada.

Tratamiento psicológico

Este tipo de tratamiento es el preferidos por los psiquiátras para el tratamiento inicial de pacientes con ansiedad leve. Las técnicas de relajación, de retroalimentación y la terapia cognitiva pueden ayudar a los pacientes a superar la ansiedad y reorganizar interiormente sus percepciones de una forma mucho mas realista, lo que a su vez repercute positivamente sobre la ansiedad y preocupaciones, asi como sobre la capacidad de afrontamiento y resolución de problemas.

Los miembros de la familia o del circulo de amistades pueden ayudar al paciente a tener un punto de vista diferente sobre sus propios problemas y ayudarle a desarrollar habilidades para resolver problemas y disminuir su posible aislamiento social.

Medicamentos

El tratamiento farmacológico está indicado para los pacientes cuya ansiedad provoca un deterioro significativo de su actividad diaria.

Aunque, idealmente, los tratamientos para la ansiedad deben ser de corta duración, no se ha establecido cual es la duración óptima de este. Los pacientes tratados durante al menos seis meses tienen una menor probabilidad de recaídas que los tratados durante períodos de tiempo más cortos.

El TAG es un trastorno crónico, por lo que algunos pacientes requerirán tratamiento con benzodiazepinas durante meses o años.

Benzodiazepinas:

Son los ansiolíticos utilizados con mayor frecuencia. Todos los fármacos son de eficacia similar y pueden causar sedación (y tolerancia a la sedación), problemas de concentración y amnesia anterógrada.

Las benzodiazepinas no disminuyen el síntoma clave del TAG, la preocupación, pero reducen la ansiedad disminuyendo el estado de alerta y mediante la eliminación de síntomas como la tensión muscular.

La tolerancia al efecto sedante, la amnesia y los efectos sobre la concentración se desarrollan al cabo de varias semanas, aunque la tolerancia a los efectos ansiolíticos se produce mucho más lentamente.

En pacientes de edad avanzada, la capacidad para eliminar el medicamento y la mayor sensibilidad a los efectos adversos del tranquilizante obligas a usar dosis inferiores a la de los adultos.

Este grupo de medicamentos incluye alprazolam, clordiazepóxido, clonazepam, clorazepato, diazepam, lorazepam, oxazepam, ketazolam, halazepam y otros.

El uso de benzodiazepinas a dosis terapéuticas habituales no suele conducir a abuso de ellas y la adicción se produce raramente. Las benzodiacepinas mas susceptibles de originar abuso son las que se absorben rápidamente, como diazepam, lorazepam y alprazolam.

Dependencia y síndrome de abstinencia:

los tratamientos con benzodiazepinas pueden producir dependencia. Una vez se suspende el medicamento se producen los síntomas de abstinencia, incluyendo ansiedad, irritabilidad e insomnio, que pueden ser parecidos a los de una recaída de la ansiedad. Raramente pueden aparecer convulsiones.

Los síntomas de abstinencia tienden a ser más graves con las dosis más altas, con medicamentos de eliminación rápida, con la reducción excesivamente rápida del tratamiento y en pacientes con tabaquismo o consumo de drogas. El riesgo de dependencia y abstinencia puede ocurrir también con dosis adecuadas pero se utilizan prolongadamente (al menos, durante 3 meses seguidos).

Los síntomas de abstinencia comienzan seis a 12 horas después de la última dosis de un fármaco de eliminación ràpida y 24-48 horas después de la última dosis de una benzodiazepina de eliminación lenta.

Buspirona:

La buspirona es un medicamente ampliamente utilizado en pacientes con ansiedad crónica, especialmente si concurren antecedentes de consumo de sustancias de abuso. Probablemente tiene una eficacia similar a la de las benzodiacepinas, aunque no provoca dependencia física o tolerancia. No obstante, su efecto no es tan rápido para aliviar la ansiedad y suele llevar mas de dos semanas que se noten sus efectos.

Otra diferencia con las benzodiazepinas es que no actúa sobre los síntomas asociados de la ansiedad, sino que se dirige a la preocupación o preocupaciones relacionadas con el TAG.

Antidepresivos:

Antidepresivos tricíclicos: La imipramina es eficaz en el control de la preocupación asociada al TAG, aunque se desconoce si es mas o menos eficaz que la benzodiazepinas o buspirona. Otros medicamentos de este grupo son desipramina y nortriptilina son medicamentos eficaces y se pueden utilizar como alternativas.

La trazodona y nefazodona son medicamentos útiles en pacientes que no han respondido a otros agentes.

Antidepresivos ISRS: También se han utilizado en el tratamiento de pacientes con TAG. La venlafaxina y la paroxetina, autorizados como ansiolitico, se puede utilizar para el tratamiento de pacientes con depresión mayor y/o TAG.

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En determinadas circunstancias, el médico puede asociar al tratamiento elegido uno o mas fármacos con otra acción farmacologica, como los antipsicóticos.

Última actualización de la página: 15 de mayo de 2010

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