Miércoles 24 de Abril de 2024

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TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA (TVP)

¿Qué es la TVP?     

Consiste en la formación y presencia de trombos (coágulos de sangre) en las venas profundas del organismo, principalmente en las piernas (pantorrillas).

Los trombos o coágulos pueden permanecer en la vena donde se forman hasta que se reabsorben lentamente o pueden hacerse mas extensos; en otras ocasiones pueden desprenderse de la vena a la que están adheridos y ser arrastrados hacia el corazón, desde donde pasan al pulmón, enclavándose finalmente en una arteria de calibre inferior al del propio trombo. A este proceso se denomina embolia pulmonar, una complicación de la trombosis venosa profunda que puede tener consecuencias funestas. La mayor parte de las embolias pulmonares proceden de trombosis venosas de las piernas.

¿A quienes afecta?     

La incidencia real de la trombosis venosa en las piernas es difícil de determinar, debido a que muchos pacientes no presentan síntomas pese a sufrirla. Se calcula que la TVP tiene una incidencia aproximada de un caso por cada 1000 personas. En todo caso, es menos frecuente que la tromboflebitis superficial.

Factores de riesgo     

- Edad avanzada,
- Inmovilidad prolongada (intervenciones quirúrgicas, postoperatorio, convalecencia, traumatismos, posturas prolongadas en viajes de avión u otro medio),
- Tendencia a la coagulación de la sangre,
- Embarazo y postparto,
- Sobrepeso, obesidad,
- Reducción del flujo de sangre por una zona del cuerpo (estasis venoso),
- Varices,
- Enfermedades malignas,
- Enfermedades autoinmunes (p.e. lupus eritematoso),
- Uso de anticonceptivos orales,
- Trombosis venosa anteriores,
- Manipulación instrumental de venas (catéteres, p.e.).

En general, estos factores de riesgo confluyen en tres mecanismos basicos que se combinan en distinta proporción según las circunstancias de cada paciente:

- Tendencia o facilidad para la coagulación de la sangre,
- Remanso o estancamiento de la sangre en las venas,
- Daño en las venas.

Síntomas     

Los síntomas de TVP típica (de miembros inferiores) son muy variables y van desde no presentar síntoma alguno, pasando por molestias leves en el lugar donde se localiza la trombosis hasta presentarse como una inflamación de mayor o menor intensidad y extensión, incluyendo dolor en grado variable e hipersensibilidad en la pierna (dolor sólo con el roce leve o la presión), enrojecimiento y aumento de la temperatura en la zona, abultamiento palpable que sigue el trayecto de la vena, cambios de color en la piel adyacente, venas dilatadas y/o prominencia de las venas superficiales.

La mayoría de los pacientes tienen síntomas que son similares a los de otros trastornos. De ahí que sea fácil la confusión con contusiones, esquinces o incluso artritis.

La intensidad de los síntomas no siempre va en paralelo con la extensión de la trombosis. Algunos pacientes con apenas síntomas pueden estar sufriendo trombosis extensas y viceversa.

En la mayor parte de los pacientes con sospecha de TVP los síntomas y signos son inespecíficos. En contraste, pacientes con escasos síntomas pueden tener trombosis extensas.

Algunos pacientes presentan síntomas de embolia pulmonar antes de manifestar alguna molestia referida a la trombosis venosa que la produce.

La presencia de algún síntoma sugestivo de TVP obliga a cualquier paciente a consultar de inmediato con su médico.

Diagnóstico     

Por sí mismo, el diagnóstico clínico de la TVP no puede establecerse con seguridad porque ningún síntoma o signo por si solo es suficiente para establecer o excluir el diagnóstico.

El médico puede determinar que un paciente padece una TVP recurriendo a pruebas complementarias, como la ultrasonografía que permite evaluar el flujo de sangre en las venas o la flebografía con contraste que ofrece información sobre la morfología de la vena, a la que se recurre en determinadas ocasiones.

Algunos análisis pueden ofrecer información adicional sobre la enfermedad. El dímero D es una proteína plasmática producida tras la formación del coágulo en caso de trombosis aguda reciente, que puede ayudar a descartar o confirmar el diagnóstico.

Tratamiento     

El tratamiento se basa en los medicamentos anticoagulantes, tanto por vía oral (acenocumarol, warfarina y otros) como inyectable (heparinas no fraccionadas, heparinas de bajo peso molecular, como bemiparina, dalteparina, enoxaparina, tinzaparina y otros).

Los medicamentos actúan controlando el tamaño del coágulo e impidiendo su crecimiento, evitando que se desprendan de la pared de la venas y puedan producir una embolia pulmonar.

Adicionalmente, el tratamiento se dirige a la prevención de la formación de nuevos coágulos de sangre.

Puede obtener mas información sobre estos medicamentos pulsando sobre los enlaces correspondientes.

El tratamiento de la zona afectada incluye la elevación del miebro y la colocación de un vendaje compresivo o una media elástica de compresión moderada o fuerte en el miembro afectado para facilitar su drenaje. Estas medidas ayudan a reducir el dolor y la inflamación del miembro. Esto no parece favorecer el desprendimiento del coágulo y la formación de una embolia pulmonar.

Si las circunstancias lo aconsejan, el médico puede recurrir la disolución del trombo mediante fármacos (fibrinolisis), la colocación de un filtro en el interior de una vena para impedir que el trombo alcance la circulación pulmonar o la extirpación quirúrgica del trombo (trombolisis).

Prevención     

Algunos factores de riesgo para sufrir tromboembolismo venoso son modificables y son similares a los factores de riesgo para enfermedades coronarias.

Los pacientes deben adoptar un estilo de vida saludable para el corazón, abandonando el consumo de tabaco, manteniendo un peso adecuado, controlando la hipertensión arterial y limitando el consumo de carnes rojas. Estas medidas pueden contribuir a reducir la incidencia de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.

Otras medidas de importancia:

Cuando tenga que estar inmovilizado o disponer de una baja movilidad, otras medidas recomendables son:

- Mover los miembros inferiores con frecuencia si va a estar inmóvil durante un largo periodo de tiempo.
- Estirar las piernas y darse un masaje ligero masaje sobre los miembros inferiores. Si puede, levántese cada hora más o menos y camine durante unos minutos.
- Si debe permanecer sentado, tratar de levantar los talones (con los dedos de los pies sobre el suelo). Este ejercicio se puede complementar este ejercicio levantando los dedos de los pies manteniendo los talones sobre el suelo y luego levantar los dedos de los pies (con los talones todavía en el suelo), lo que contrae y masajea las pantorrillas,
- Levantarse de la cama y moverse tan pronto como se pueda después de una intervención quirúrgica o haber estado enfermo.

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