Descripción ▲
El berro de jardín o mastuerzo (lepidium sativum) es una planta anual, de hasta 40-50 cm de altura, perteneciente a la familia de las crucíferas, originaria del oeste de Asia, pero ampliamente extendida por todo el mundo.
Esta planta es comestible y se consume en forma de ensaladas. Crece de manera espontánea, aunque en muchos lugares también se cultiva. Es fácil encontrarla en caminos, veredas y, especialmente en las riberas de arroyos o zonas húmedas. El lepidium sativum es una de las plantas anuales comestibles de mas rápido crecimiento[1].
Sinonimia ▲
Denominaciones comunes:
Berro hortelano, berro de jardín, mastuerzo, cardamina, lepidio.
Denominaciones científicas:
Arabis chinensis, Cardamon sativum, Crucifera nasturtium, Lepia sativa, Lepidium hortense, Lepidium spinescens, Nasturtium crispum, Nasturtium sativum, Nasturtium spinescens, Thlaspi nasturtium y Thlaspidium sativum.
Composición ▲
El mastuerzo contiene alcaloides, saponinas, glucósidos antracénicos, hidratos de carbono, proteínas, aminoácidos, flavonoides y esteroles como constituyentes fitoquímicos principales. El extracto de semillas ha sido investigado por posibles aplicaciones terapéuticas, como hipotensor, antibacteriano, broncodilatador e hipoglucemiante, mientras que el mucílago de la cubierta de la semilla se ha estudiado por su posible aplicación como excipiente en diversos productos farmacéuticos[1].
Las semillas son una buena fuente de hierro (1.3 mg/100 gr), pero su biodisponibilidad es escasa (5.4% del hierro ingerido). Contienen también un alcaloide (0,19%), glucotropeolin, sinapina (éster del ácido sinápico), ácido sinápico, mucílago (5%) y ácido úrico (108 mg/kg). El aceite de semilla tiene una notable actividad estrogénica (similar a la de hormonas femeninas).
El mucílago de la semilla se ha utilizado en la irritación de la mucosa intestinal en pacientes con disentería y diarrea. Se compone de una mezcla de celulosa (18,3%) y oligosacáridos que contienen ácido urónico; La hidrólisis ácida produce L-arabinosa, D-galactosa, L-ramnosa, ácido D-galacturónico y glucosa. También contiene ácido pantoténico, piridoxina y rutina. El extracto etanólico de la planta presenta actividad antiviral contra el virus de la peste bovina.
Algunos estudios han identificado metales pesados (cromo, cobre plomo y cadmio) en el berro, procedentes y absorbidos desde el suelo, en cantidades que pueden superar ampliamente lo recomendado para el consumo diario de estos metales, lo que convierte potencialmente a esta planta como poco recomendable para ser consumida, dependiendo de las características del terreno donde asientan[2]. En ciertas zonas geográficas, el elevado contenido en arsénico del suelo hace peligroso el consumo del lepidio[3].
El uso de aguas residuales para el riego incrementa el contenido de metales pesados en el berro de jardín y afecta a sus propiedades fisiológicas y morfológicas[4].
El aceite de semillas de berro de jardín es una de las más ricas fuentes de ácidos grasos omega-3 y contiene 29 a 34,5% de ácido alfa-linoléico[5].
El salvado de la semilla del berro tiene una alta capacidad de retención de agua y alto contenido en fibra dietética (74,3%), con propiedades equiparables, como por ejemplo,capacidad de dispersión o gelificante, a las de productos dietéticos ricos en fibra[6].
Se han identificado en la semilla del berro dos glucósidos flavonoides acilados, e igualmente seis alcaloides diméricos imidazólicos, incluyendo las lepidinas A, B, C, D, E y F, además de los semilepidinósidos A y B. Se desconoce la posible aplicación terapéutica de estos componentes[7].
Aplicaciones tradicionales ▲
El berro de jardín se viene utilizando popularmente en enfermedades bronquiales, especialmente asma (hiperreactividad bronquial), bronquitis y otras enfermedades productoras de tos[8]. También se usa en hemorroides sangrantes.
Las semillas se han utilizado como estimulante de la lactancia materna o la menstruación y también como diurético, en enfermedades de la piel, episodios febriles de diversos orígenes, disentería amebiana y asma.
Las hojas se utilizan también como estimulantes, para combatir el escorbuto y como diurético. Por su parte, las raíces se han utilizado en la sífilis secundaria y para aliviar el tenesmo rectal.
La medicina tradicional india (Ayurveda) recomienda el uso de semillas secas en forma de polvo en el tratamiento de la gota. En textos antiguos de la medicina tradicional iraní se recogen recomendaciones acerca de su utilización en la enfermedad inflamatoria intestinal[9].
Tradicionalmente, la semilla del berro se utiliza también para estimular la consolidación de fracturas óseas[10]. En la península arábiga está generalizado el uso del berro de jardín para esta finalidad. Otras propiedades atribuidas a las semillas son la estimulación del apetito y como rubefaciente.
En Etiopía, el lepidio es una de las plantas mas utilizadas popularmente para el tratamiento de enfermedades del ganado[11].
En la India, la planta se ha utilizado para el alivio de los síntomas de osteoartritis, especialmente en el estado de Gurayat, juto a la frontera de Pakistán[12][13].
En el sureste de Marruecos, el lepidio es una de las plantas mas utilizadas para el tratamiento de la diabetes[14].
Las comunidades indígenas de Nuev Zelanda consumen asiduamente la planta como alimento[3].
Estudios clínicos ▲
Pese a la amplia disponibilidad y uso del lepidio en todo el mundo, se dispone de muy pocos estudios clínicos que puedan respaldar el uso terapéutico de esta planta.
Una revisión sistemática sobre eficacia y seguridad de procedimiento de la medicina ayurveda concluye recomendando la necesidad de mas amplios estudios para obtener conclusiones válidas[6]. A una conclusión similar llega un estudio sobre el posible efecto diurético del lepidio y otras plantas medicinales[15].
Estudios experimentales ▲
En contraste con la insuficiente documentación en torno a la eficacia y seguridad de uso clínico de esta planta medicinal, existe una aceptable documentacoión en animales de experimentación.
Debemos advertir al lector que las propiedades demostradas en los estudios experimentales no son directamente aplicables al ser humano y puede ser peligroso deducir propiedades terapéuticas de los ensayos en animales de experimentación.
Efecto antiinflamatorio:
El efecto antiinflamatorio de la planta ha sido puesto en evidencia mediante el test de carragenina[12][16], aunque exacerba el daño gástrico ocasionado por otros antiinflamatorios, como indometacina[17].
Efecto antibacteriano:
Lepidium, junto con Gundelia tournefortii, actuaría inhibiendo la resistencia de bacterias multirresistentes como la Pseudomonas aeruginosa[18]. También se ha observado un posible efecto sobre el helicobacter pylori[19].
Efecto anti-osteoporosis:
Se ha demostrado un efecto antiosteoporosis en ratas Wistar[10].
Efecto antitumoral:
Se ha publicado una observación acerca del posible efecto beneficioso del lepidio sobre el cáncer de mama experimental[20].
Efectos sobre el aparato digestivo:
El aceite de la semilla de lepidio atenua un modelo experimental de colitis ulcerosa murina[21].
El berro de jardín posee propiedades antidiarreica y antiespasmódica, variable en función de la especie animal que se considere. Este efecto dependería de una acción sobre los receptores muscarínicos así como también un efecto calcioantagonista[22].
Se ha demostrado un efecto procinético en ratones de laboratorio[24].
Como regulador de lípidos (grasas):
Las ratas Wistar mostraron una disminución significativa del colesterol total, LDL-colesterol y triglicéridos cuando fueron alimentadas con suplementos de aceite de lepidium sativum[25].
Actividad larvicida:
Esta planta muestra una moderada actividad larvicida frente al insecto vector de la fiebre del Nilo (Culex pipiens)[26].
Efecto antioxidante:
El efecto antioxidante del lepidium sativum es superior al de otras plantas, como Ipomea Hederacea[27].
Efecto inmunomodulador:
Un estudio sobre plantas silvestres de Marruecos mostró una significativa actividad inmunomoduladora mediante la proliferación de células inmunológicas de lepidium sativum[28].
Efecto broncodilatador :
Los resultados de un estudio parecen dar fundamentos a la acción broncodilatadora del berro de jardín, mediante un efecto anticolin´´ergico, calcioantagonista e inhibidor de la fosfodiesteras[8].
Efecto antidiabético:
El extracto acuoso de lepidium inhibe la reabsorción renal de glucosa, lo que reduce el nivel de glucosa en la sangre tanto en ratas normales como diabéticas[29]. Este efecto se produciría sin modificación de los niveles de insulina[30].
Consolidación de fracturas:
La planta parece tener una influencia favorable sobre la consolidación de fracturas en conejos[31].
Efecto antihipertensivo:
Un estudio parece demostrar que la administración durante tres semanas de un extracto de Lepidium produce un efecto antihipertensivo[32].
Otros estudios ▲
Interacciones:
En un estudio sobre animales de laboratorio, Lepidium sativum no produjo ningún cambio significativo de la Cmax de ciclosporina, aunque su absorción se retrasó significativamente en comparación con el grupo control. Los hallazgos sugieren que el consumo simultáneo de Nigella sativa y Lepidium sativum podría alterar la farmacocinética de la ciclosporina a distintos niveles[33].
La coadministración con carbamazepina produjo un aumento de la Cmax, valorada por la Tmax) y la prolongación de la semivida de eliminación (t1/2) de esta. Lo que sugiere que el uso concurrente de Lepidium sativum altera la farmacocinética del anticonvulsivante en un modelo animal[34]. En el perro beagle, el tratamiento con berro de jardín causó un modesto aumento en la concentración máxima (Cmax) y la semivida de eliminación de la fenitoína con una reducción del aclaramiento de un 33%[35].
El berro de jardín reduce la concentración máxima y el AUC de sildenafilo en el perro de raza beagle[36].
Reacciones adversas:
Se ha publicado un caso de lesión ocular grave en ambos ojos tras la aplicación local de semillas de berro de jardín en un hombre de 47 años, quien presentó dolor ocular severo y enrojecimiento, ademas de defecto epitelial conjuntival y simbléfaron[37].
Otros estudios:
Los estudios farmacológicos sobre Lepidium sativum sugieren la presencia de una sustancia cardioactiva, que es inestable en solución, muestra taquifilaxia y probablemente ejerce sus acciones a través de mecanismos adrenérgicos[38].
Un estudio sobre la toxicidad de Lepidium sativum en ratas Wistar albinas indica que la solución al 2% no mostró toxicidad, mientras que al 10% era tóxica pero no mortal, y la solución al 50% era tóxica y mortal, con lesiones en el riñon, hígado, intestinos, alteración del crecimiento, anemia y leucopenia[39].
Conclusiones ▲
No se dispone de información suficiente para poder afirmar la eficacia y seguridad de uso del berro de jardín en el tratamiento de enfermedades en humanos.
La existencia de interacciones bien documentadas en animales de experimentación entre el berro y diversos medicamentos (fenitoína, carbamazepina, sildenafilo y ciclosporina) obliga a extremar las precauciones en pacientes que reciben algún tipo de medicamento, ya que son posibles otras interacciones, aún no descritas en la literatura científica.
Referencias ▲
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Fecha de actualización de la página: 22 de febrero de 2012.
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