Domingo 03 de Noviembre de 2024

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INSUFICIENCIA CARDIACA

¿Que es la insuficiencia cardíaca?     

La insuficiencia cardiaca se define por los expertos como “un síndrome clínico en el que los pacientes tienen síntomas y signos típicos que resultan de una anormalidad de la estructura y la función cardíaca”, lo que quiere decir en un lenguaje mas comprensible la incapacidad del corazón para bombear la sangre en una cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de oxigenación de los tejidos.

Como es sabido, la función de movilizar la sangre por parte del corazón tiene como finalidad proporcionar oxígeno y nutrientes a los distintos órganos y tejidos, así como recoger los desechos del metabolismo de las células y transportarlos hacia los lugares destinados a su eliminación, como el riñón y el hígado.

La insuficiencia cardíaca también se denomina congestiva porque los tejidos se encharcan por la falta de eliminación de los líquidos orgánicos debida al insuficiente bombeo y circulación de la sangre.

¿A quienes afecta?     

La insuficiencia cardiaca (IC) es un problema de salud que cada vez afecta a un mayor número de personas. Esto se debe a la mayor longevidad de la población, lo que produce un aumento de las enfermedades que causan insuficiencia cardíaca, especialmente la enfermedad coronaria y la hipertensión arterial, a las que se añaden otras como la diabetes, la obesidad y el exceso de grasas en la sangre.

La incidencia de IC varía entre los diferentes grupo de edad y los distintos estudios publicados:

En el estudio Men born in 1913 study, uno de los primeros dados a conocer, se observó una elevación de la incidencia de la IC con la edad, pasando de 2.1 casos anuales por 1000 habitantes a los 50 años hasta 8.2 casos anuales por 1000 habitantes a los 67 años.

En el Hillingdon heart failure study, publicado durante los años 90, la incidencia aumentó desde 0.02 casos/1.000 habitantes/año en el grupo de 25-34 años hasta 11.6 casos/1.000 habitantes/año en los mayores de 85 años. La edad media de presentación de la enfermedad fue de 76 años.

Aunque la incidencia en mujeres es menor, su mayor supervivencia hace que la prevalencia de la enfermedad en ambos sexos sea aproximadamente la misma : 0.6 casos/1000 habitantes menores de 65 años frente a 28 casos/1000 habitantes mayores esa edad. Por encima de 85 años, la prevalencia puede alcanzar al 9-10% de la población.

¿A que se debe?     

Los mecanismo que pueden producir IC incluyen:

- Riego insuficiente (enfermedad coronaria),
- Sobreesfuerzo cardíaco (hipertensión arterial, estrechez de las válvulas cardiacas),
- Enfermedades del músculo del corazón (cardiomiopatía por agentes infecciosos, metabólicos o tóxicos, incluyendo sustancias de abuso),
- Alteraciones del ritmo (arritmias) y otras.

La insuficiencia cardíaca es, en la mayor parte de las ocasiones, un trastorno crónico que se va instaurando gradualmente. Sin embargo, en ocasiones, aparece como una enfermedad de curso agudo, como sucede tras sufrir un infarto de miocardio extenso.

La enfermedad coronaria es probablemente la causa mas extendida de esta enfermedad (70%). El deficiente riego sanguíneo del corazón altera las propiedades del músculo cardíaco, en especial su capacidad y fuerza de contracción y expulsión.

Junto a esta, la hipertensión arterial es el otro motivo principal de insuficiencia de corazón. El exceso de presión sanguínea obliga a este órgano a bombear la sangre mediante un sobreesfuerzo para inyectarla en el sistema arterial.

Las alteraciones de las válvulas del corazón, las malformaciones congénitas del mismo, los tóxicos y las alteraciones metabólicas o de las glándulas internas (diabetes, enfermedades del tiroides) pueden ser causa también de un fallo de la función cardiaca.

No siempre es posible establecer una causa única de la enfermedad, ya que, con frecuencia, pueden combinarse mas de un mecanismo.

Síntomas     

La mayor parte de los pacientes que van a desarrollar una IC, durante mucho tiempo sólo presentarán factores de riesgo de sufrirla, como hipertensión arterial, diabetes, síndrome metabólico, obesidad, consumo excesivo de alcohol o drogas.

Otros pacientes tienen un grado mas avanzado de enfermedad tras haber sufrido un infarto, tener hipertrofia o dilatación del corazón o incluso lesiones de las válvulas cardiacas.

Durante las primeras fases de la enfermedad, muchos pacientes que sufren una incipiente insuficiencia cardiaca tienen pocos problemas, en tanto que otros presentan muchos síntomas, por lo que la IC puede adoptar diversos aspectos, dependiendo de la causa, importancia del daño cardíaco o velocidad de deterioro de la función del corazón.

Entre los posibles síntomas se encuentran:

1. Dificultad para respirar o falta de aire al hacer esfuerzos de poca o moderada intensidad (al caminar, subir escaleras o estar simplemente desempeñando tareas cotidianas simples). Conforme la insuficiencia va empeorando, se van tolerando cada vez peor los esfuerzos, hasta que finalmente la dificultad se hace mas o menos permanente y se presenta incluso en reposo.

2. Junto a esta, se va presentando progresivamente dificultad para respirar o falta de aliento cuando el paciente se acuesta. En fases avanzadas de la enfermedad, los pacientes se despiertan bruscamente durante el sueño con ahogo por falta de aire (ortopnea), similar a las crisis de asma nocturna.

3. La acumulación de líquidos en los tejidos produce una acumulación de agua en las zonas mas bajas del cuerpo, generalmente los pies, tobillos y piernas (edema), que suelen mitigarse o desaparecer con el reposo en cama, para reaparecer al día siguiente, conforme el paciente está de pie o sentado. La hinchazón del abdomen puede obedecer a las mismas razónes que la hinchazón de los miembros inferiores. Una consecuencia de la retención de líquidos es el aumento de peso, que suele experimentarse con rapidez.

Además de estos síntomas, los pacientes pueden tener tos, silbidos al respirar (sibilancias), disminución o pérdida de apetito, náuseas y latidos cardíacos irregulares o rápidos (arritmia).

Episodios de descompensación aguda:

Los pacientes, tengan o no síntomas crónicos de insuficiencia cardíaca pueden presentar crisis repentinas de falta de aire y retención de líquidos (edemas), con empeoramiento de la dificultad para respirar, si ya la tenía, pudiendo presentarse incluso en reposo.

Estos episodios pueden aparecer o desencadenarse por causas diversas, como interrumpir el tratamiento, quedarse embarazada, comer en exceso o con mucha sal, realizar esfuerzos excesivos, sufrir un infarto o alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias), consumir sustancias tóxicas (alcohol) o padecer algunas enfermedades (infecciones, anemia).

¿Como se diagnostica?     

Para el médico, el diagnóstico de esta enfermedad no ofrece dificultades cuando el paciente reúne todos o la mayoría de síntomas. En otros casos, los pocos síntomas que el paciente tiene no son concluyentes por sí solos y obligan a estudios adicionales.

Además de obtener la historia clínica y proceder al examen del paciente, el médico podrá indicar la práctica de exploraciones complementarias, incluyendo análisis de sangre y orina, radiografías de torax, electrocardiograma, ecocardiograma y, si el caso lo requiere, otras adicionales.

Todo ello debe permitir al facultativo no solamente establecer el diagnóstico sino determinar las posibles causas, como por ejemplo, si existe una enfermedad de las arterias coronarias, una alteración del ritmo del corazón u otras enfermedades desencadenantes y/o agravantes. Finalmente, el médico también procederá a valorar la capacidad de esfuerzo físico del paciente.

Tratamiento     

En la mayor parte de los casos, el tratamiento se dirige a mejorar el rendimiento del corazón y a ayudar a aliviar los síntomas, permitiendo en muchos casos llevar una vida con pocas limitaciones. Por lo general, no es posible eliminar las causas que provocan la IC, sino solo contrarrestar sus efectos.

Por esta razón, lo mas esencial puede consistir en combatir los factores causantes de la insuficiencia cardíaca, como por ejemplo la hipertensión arterial o minimizar la falta de riego sanguíneo del corazón.

Cambios del estilo de vida:

Dentro del conjunto de medidas importantes, son fundamentales los cambios de la forma de vivir del paciente, lo que se llama su estilo de vida: Cómo vive, cómo desempeña sus actividades, cómo y cuanto duerme, come y bebe y los también los hábitos que tiene, tanto nocivos como saludables.

1. Seguir una dieta que corrija y evite el sobrepeso o la obesidad.

2. Seguir una dieta pobre en sodio (sal común): Evitar ingerir un exceso de sal en la comida. Debe tenerse un cuidado especial no solo con los alimentos muy salados (lo que se cocina en casa y aceitunas, queso, jamón, embutidos, etc) sino también con los enlatados, precocinados y cubitos de sopa o caldo. Estos alimentos provocan la retención de líquidos y, en consecuencia, sobrecargan el trabajo del corazón.

Consejo: Es preferible que el paciente se adapte a una dieta con poca sal a que emplee los sustitutivos de esta, ya que suelen ser sales de potasio, que podrían ser `perjudiciales. Si desea hacerlo, consulte primero con su médico.

3. Tomar bebidas alcohólicas mas allá de una muy modesta cantidad puede perjudicar al paciente, ya que puede influir negativamente sobre la función cardiaca. Las bebidas conteniendo cafeína pueden resultar nocivas si se toma mas de una pequeña cantidad. Tanto si desea tomar una pequeña cantidad de bebidas alcohólicas como con cafeína, debe consultar primero con su médico.

4. El ejercicio físico adaptado a las condiciones y grado de tolerancia del paciente puede resultar saludable, siempre que siga las pautas aconsejadas por el médico.

5. Aquellos pacientes con una sobrecarga de tensión emocional deben reconsiderar su situación y esforzarse en reducirla, bien mediante técnicas de autorrelajación o de otra clase, solicitando la ayuda especializada si se estima conveniente. Es muy importante para un buen control de la enfermedad vivir relajadamente y dormir lo suficiente, con el necesario sosiego.

6. Bajo ningún concepto debe continuar fumando. Es seriamente perjudicial para su corazón y puede acortar de manera apreciable la vida del paciente.

7. Controlar el peso y la tensión arterial. El aumento de peso puede indicar que se está`produciendo una retención de líquidos por empeoramiento de la insuficiencia cardíaca. La presión arterial se relaciona directamente con el grado de esfuerzo que debe realizar su corazón. En caso de que esta ascienda por encima de la cifra indicadaa por su médico, debe consultar con él.

8. Algunos medicamentos que se pueden adquirir sin recetas pueden resultar perjudiciales para pacientes con insuficiencia cardiaca, como los antiinflamatorios no esteroideos (diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno, etc.), ya que pueden producir retención de líquidos. Antes de aduirir alguna de estas sustancias para una molestia leve, debe consutar con su médico.

Medicamentos:

Entre los medicamentos que se utilizan para la insuficiencia cardiaca, muchos de ello cumplen la doble función de mejorar el funcionamiento del corazón y actuar sobre la causa del trastorno, como en el caso de los antihipertensivos.

No existe un tratamiento único para todos los pacientes, sino que en cada caso el médico elegirá aquel o aquellos fármacos que pueden resultar mas eficaces según sean las circunstancias.

Los medicamentos mas utilizados para el tratamiento de esta enfermedad incluyen:

- IECA, que actúan dilatando las arterias, con lo que mejoran el riego sanguíneo y reducen la presión arterial y el esfuerzo del corazón al bombear la sangre.

- Diuréticos. Se trata de sustancias que ayudan a eliminar líquidos y reducen el estancamiento de este y la sobrecarga del corazón.

- Beta-bloqueantes. Reducen la presión arterial y la frecuencia con que el corazón late, mejorando la circulación de las arterias del corazón.

- Digitálicos. Se trata de un grupo de medicamentos de origen vegetal, obtenidos inicialmente de plantas como digitalis lanata o digitalis purpúrea que se han venido utilizando desde muy antiguo. La digoxina es el medicamento mas utilizado. Estos fármacos producen un aumento de la capacidad de contracción y la fuerza de bombeo de la sangre por parte del corazón, lo que mejora su rendimiento globalmente.

Cada uno de estos medicamentos puede requerir una vigilancia especial, que se añade a la de la propia enfermedad, lo que obliga a practicar controles sobre determinados parámetros. Así por ejemplo, los IECA pueden elevar la concentración de potasio en la sangre y los diuréticos suelen elevar el ácido úrico, mientras que la digoxina y los betabloqueantes pueden reducir la frecuencia de los latidos cardiacos.

>Por esta razón, debe atenerse estrictamente a lo que en cada caso le indique su médico.

Síntomas que pueden indicar un empeoramiento:

La aparición de alguno de los siguientes síntomas representa un signo de alarma que debe obligar a consultar lo antes posible al médico:

- Empeoramiento de la falta de aire o mayor dificultad respiratoria,
- Aumento brusco o sostenido de peso o falta de descenso del peso después de tomar diuréticos,
- Aparición de hinchazón de las piernas o aumento de la misma,
- Aparición o empeoramiento de tos o respiración con silbidos durante la noche,
- Necesidad de incorporarse en la cama para poder dormir,
- Dolor o presión en el pecho.

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