INTERACCIONES DE IBUPROFENO
El ibuprofeno se absorbe rápidamente después de su administración oral, alcanza el pico de concentración a los 15-30 minutos y tiene una gran afinidad por las proteínas plasmáticas, estando el 99% del medicamento unido a estas. El AUC es dosis dependiente. A dosis mayores de 600 mg, se produce un incremento de la fracción libre, dando lugar a un aumento del aclaramiento, también dosis dependiente.
Este antiinflamatorio pasa lentamente a los espacios sinoviales, de los que va desapareciendo también con lentitud, manteniendo concentraciones mas elevadas que en la sangre durante mas tiempo. La semivida de eliminación es de unas dos horas, siendo su eliminación rápida y completa. Mas del 90% de la dosis ingerida se elimina por la orina como metabolitos o derivados conjugados. El ibuprofeno se excreta en cantidades muy modestas por la leche materna.
La farmacocinética del ibuprofeno se influye mínimamente por la edad avanzada, la hepatopatía alcohólica o enfermedades inflñamatorias crónicas osteoarticulares.
La disponibilidad del medicamento en tabletas no es esencialmente diferente a la del granulado efervescente; tampoco es diferente el comportamiento entre adultos jóvenes y pacientes de edad avanzada.
AAS y otros aintiinflamatorios
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La toma conjunta de ibuprofeno con otras sustancias antiinflamatorias produce una suma de riesgos de efectos adversos sin una potenciación apreciable de los efectos analgésicos o antinflamatorios, ya que el uso concurrente produce inhibición de la función de las plaquetas, lo que incrementa el riesgo de sangrado.
Por esta razón, no es recomendable tomar simultáneamente ambos tipos de medicamento. Se excluye de esta recomendación las pequeñas dosis de ácido acetilsalicílico prescritas como profilaxis cardiovascular, aunque el ibuprofeno puede interferir con el efecto antiagregante de la aspirina a dosis bajas. En el balance de probabilidades de interferencia del ibuprofeno con la aspirina es mas probable que interactúe que no, siendo mas probable en sujetos que son tomadores crónicos de ibuprofeno y mas importante en pacientes de riesgo cardiovascular elevado. Es, por lo tanto, razonable evitar en estos últimos el consumo crónico de ibuprofeno.
Se han publicado estudios indicando que la toma previa de ibuprofeno disminuye la tasa de efecto antiagregante del ácido acetilsalicílico. Se cree que la interacción esta causada por el bloqueo del ibuprofeno a la ciclooxigenasa de las plaquetas. La inhibición media del tromboxano B2 por 80 mg de aspirina es del 98.0% (IC 95%: 96.8-99.2%). Esta proporción disminuye de forma acusada por la administración concurrente de ibuprofeno al 86.6% (IC95%: 77.6-95.1%).
Se postula también que el mecanismo básico de la interacción entre el ibuprofeno y los salicilatos reside en el desplazamiento de la unión a proteinas de estos. Tras ser desplazada la aspirina de su unión a proteínas, este medicamento sufre una mayor eliminación, disminuyendo su concentración plasmática, aunque la fracción libre en sangre de salicilato permanece estable.
Se ha observado un caso de trombosis aneurismática cuando este se encontraba en fase de regresión en un paciente con enfermedad de Kawasaki, que se atribuyó al bloqueo de la aspirina provocado por la toma de ibuprofeno. Esto ilustra la importancia de evitar el uso de ibuprofeno cuando se utiliza la aspirina como antiagregante. En estos pacientes, si es inevitable administrar ibuprofeno, debe hacerse dos horas despues de la toma de aspirina.
La toma conjunta de alcohol e ibuprofeno altera en mayor grado la memoria visual y auditiva que el alcohol solo, según se desprende de estudios en voluntarios sanos.
Algunas observaciones indican que el ibuprofeno y otras sustancias pueden reducir el efecto del alcohol sobre el comportamiento o capacidad cognitiva, pero estos efectos no han podido ser comprobado en estudios similares por otros investigadores.
Aunque no influye sobre el grado de absorción del ibuprofeno, la toma concurrente de antiácidos influye sobre la velocidad con que se absorbe este antiinflamatorio.
Los datos disponibles en la literatura médica indican que los antiácidos pueden aumentar o disminuir el ritmo e inicio de absorción de ibuprofeno de forma específica para cada antiácido. Así, el hidróxido de magnesio aumenta la solubilidad, su grado de disolución y la biodisponibilidad, mientras que el hidróxido de aluminio tiene un efecto retardante.
A tenor de algunos datos, el uso concurrente y de forma prolongada de hidróxido de magnesio e ibuprofeno puede dar lugar a irritación y alteraciones de la mucosa gástrica, por lo que debe evitarse el uso concomitante y prolongado de ambos medicamentos.
En algunos estudios a corto plazo, no se registran efectos sustanciales sobre el tiempo de protrombina en pacientes tratados con anticoagulantes por vía oral. Sin embargo, el ibuprofeno puede causar sangrado gastrointestinal, inhibición de la agregación plaquetaria y prolongación del tiempo de sangría y existen diversas observaciones de sangrado gastrointestinal con la toma simultánea de ambas sustancias, debe procederse con suma precaución mientras se administran concomitantemente.
En casi la mitad de los pacientes de una cohorte de edad avanzada tratados con acenocumarol, el INR se incrementó mas alla del rango terapéutico, entre 1 y 4 de aumento.
El ibuprofeno puede causar problemas clínicos relevantes en algunos pacientes que reciben anticoagulantes de forma crónica, especialmente en ancianos y pacientes que reciben varios medicamentos. Algunos expertos recomiendan controlar el tiempo de sangría algunos días después de iniciar el tratamiento con ibuprofeno, suspendiendo su administración si alcanza valores por encima del rango normal.
El uso concurrente eleva el riesgo de sangrado y ulceras gastrointestinales.
El ibuprofeno puede aumentar el efecto hipoglucemiante de las sulfonilureas. Sin embargo, algunos estudios evidencian que la administración del antiinflamatorio contrarresta el efecto de la tolbutamida.
El ibuprofeno reduce el efecto antihipertensivos de los IECA, aumentando el riesgo de fallo renal y de elevación del potasio en sangre (hiperkaliemia). El ibuprofeno tiene un efecto opuesto al IECA respecto de la excreción tubular de agua y sodio, lo que tiene especial relevancia en pacientes que precisan aumentar la excreción de agua y sodio, como hipertensos e insuficientes cardiacos.
El mecanismo de acción está relacionado con la inhibición de la síntesis de prostaglandinas inflamatorias y vasodilatadoras, que incrementan el flujo renal y favorecen la excreción de agua y sodio.
Los pacientes que toman conjuntamente los IECA e ibuprofeno, deben ser vigilados estrechamente( función renal, tensión arterial), ya que pueden producirse efectos acusados de subida de la tensión arterial, que suelen producirse pasados cinco días desde el inicio de la toma conjunta.
Tanto el voriconazol como el fluconazol aumentan hasta el doble la exposición a S-ibuprofeno, probablemente a causa de la inhibición del CYP2C9. Debe considerarse la posibilidad de reducir la dosis de ibuprofeno cuando se administra a la vez que estos derivados imidazólicos.
La administración conjunta de ciclosporina y antiinflamatorios no esteroideos aumenta la nefrotoxicidad de la ciclosporina debido a los efectos del antiinflamatorio sobre las prostaglandinas renales.
Es recomendable administrar ibuprofeno a las dosis mas bajas posibles.
En comparación con los controles, los pacientes que recibieron cimetidina registraban un pico de cocentración de ibuprofeno mas elevado (64 frente a 56 mcg/ml). No se registraron diferencias en la eliminación del ibuprofeno respecto de los controles. El impacto de la cimetidina es de escasa repercusión clínica.
Esta sustancia altera la disposición estereoselectiva del ibuprofeno en voluntarios sanos, incrementando la formación de R-ibuprofenoil-coenzima A, mas bien que por un efecto sobre el metabolismo oxidativo del ibuprofeno. En algunos casos esta interacción tiene potencialmente implicaciones terapéuticas.
Esta sustancia reduce la velocidad y extensión de la absorción del ibuprofeno, con una posible disminución del efecto de este. La colestiramina reduce de forma significativa el AUC (26%, p < 0.05) y la Cmax (34.4%, p <0.01), con incremento en el Tmax (80%, p < 0.01).
Es recomendable administrar el antiinflamatorio dos horas antes o seis despues de la colestiramina.
Al igual que en el caso de los antiinflamaroios, la toma conjunta de ibuprofeno y corticoides aumenta el riesgo de sangrado y formación de úlceras gastrointestinales, especialmente en personas de edad avanzada.
El uso concurrente incrementa los niveles de digoxina tras una semana de tratamiento conjunto, según datos de un estudio. El aumento medio de la digoxinemia fue del 59% (IC 95%: 10.7-325.4; p < 0.05).
El ibuprofeno puede disminuir el efecto diurético y antihipertensivo de estas sustancias. Puede ser conveniente aumentar la dosis del diurético.
Los pacientes con alteración de la función renal que toman diuréticos ahorradores de potasio y sufren un agravamiento de aquella, pueden estar en riesgo de sufrir una elevación potencialmente fatal del potasio sérico.
Por su parte, el ibuprofeno por vía oral incrementa el AUC de la furosemida en un 36-37%, disminuyendo el aclaramiento del diurético, aunque tiene una limitada relevancia clínica.
Se estima que la administración diaria de 1800 mg de ibuprofeno induce un aumento significativo de la presion sistólica en pacientes de edada avanzada tratados con tiazídicos.
El gemfibrozilo aumenta moderadamente el AUC y prolonga la semivida del R-ibuprofeno, posiblemente a traves del CYP2C8. Carece de significado clínico relevante.
Se mencionan en la literatura médica algunos casos de interacción por el uso concurrente de esta planta e ibuprofeno.
El uso conjunto puede provocar un aumento de la concentración de litio y una disminución de su eliminación, aunque existen importantes diferencias entre individuos.
Se ha publicado el caso de una paciente de 60 años en tratamiento con litio que presentó una acusada elevación de los niveles de la sustancia(4.2 mmol/l), con fallo renal subsiguiente, al recibir 1600 mg de ibuprofeno al día.
De este y otros casos se deduce que en los pacientes que toman antinflamatorios junto con litio se debe controlar cada 4-5 el nivel de esta sustancia y ajustar la dosis si es necesario. Es recomendable también reducir la dosis de litio al iniciar el tratamiento con ibuprofeno.
La administración de ibuprofeno muy próxima a la de metotrexato (menos de 24 horas antes) puede dar lugar a una elevación de los niveles de esta sustancia, con riesgo de toxicidad.
El pretratamiento con naltrexona no disminuye el pico analgésico del ibuprofeno, pero prolonga la duración de su acción (mecanismo no establecido).
Ranitidina/ciprofloxacino
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Se ha reportado un caso de meningitis aséptica, pérdida auditiva neurosensorial irreversible y vestibulopatía por el uso concurrente de ranitidina, ciprofloxacino e ibuprofeno.
El mecanismo invocado por los autores de la observación es una reacción de hipersensibilidad que afectaría a las meninges y, de forma parcial, a la cóclea.
La administración conjunta de tacrolimús y antiinflamatorios no esteroideos aumenta la nefrotoxicidad de aquel debido a los efectos del antiinflamatorio sobre las prostaglandinas renales.
Un estudio en voluntarios sanos concluye que el tamarindo (tamarindus indica) incrementa de forma significativa la biodisponibilidad del ibuprofeno (mecanismo no establecido).
Información para pacientes sobre ibuprofeno
Especialidades conteniendo ibuprofeno
Ibuprofeno durante la lactancia
Ibuprofeno durante el embarazo
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