Martes 19 de Marzo de 2024

Cómo atender correctamente a un niño con fiebre

 

   Es muy probable que a lo largo de su infancia, su hijo sufra alrededor de un centenar de episodios infecciosos, la mayoría de los cuales sucederán antes de que cumpla los cuatro años de edad. Muchos de estos procesos infecciosos vendrán acompañados de fiebre, de tal manera que le conviene estar informado/a acerca de cómo manejarse en estas situaciones.

   Para estos casos, MEDIZZINE desea advertir de la necesidad de que previamente a cualquier otra consideracion, se debe disponer de un diagnóstico emitido por un facultativo competente. La fiebre es un síntoma y puede acompañar a enfermedades potencialmente graves, especialmente en niños de menos de seis meses de vida.

   La fiebre provoca una mayor pérdida de agua del organismo a través de la piel, lo que significa un mayor riesgo de deshidratación. Es aconsejable, por lo tanto, administrar cantidades suplementarias de líquidos, en forma de agua o zumos. Las bebidas conteniendo cafeína o sustancias similares, aumentan la cantidad de orina eliminada y por ello pueden aumentar en teoría el riesgo de deshidratación.

   No es recomendable que fuerce a un niño con fiebre a comer, si este no lo desea, pero el gasto suplementario de energía que provoca el mantenimiento de una temperatura mas elevada que de costumbre puede compensarlo en parte administrando azúcares, ya sea en forma de bebidas azucaradas o incluso caramelos.

   La temperatura puede tomarla en el recto, la boca o la axila, siendo preferible el primer sitio para los niños mas pequeños. Recuerde que en general, en el niño de un año, debe considerar que existe temperatura elevada a partir de 37.8ºC (ver tabla) en el recto y que la temperatura varía con la edad.



 Edad        Temperatura
 3 meses 37.5±0.4   
 6 meses  37.5±0.3   
 1 año  37.7±0.2   
 3 años  37.2±0.2   
 5 años  37.0±0.2   
 7 años  36.8±0.2   
 9 años  36.7±0.2   
 11 años  36.7±0.2   
 13 años  36.6±0.2   

   No es obligatorio que usted pretenda mantener una temperatura normal a toda costa. La fiebre es un mecanismo de reacción defensiva del organismo y está indicado tratarla cuando es causa de malestar, aunque esté relativamente baja, o cuando alcanza un determinado nivel(por ejemplo, 39ºC. en el recto). Si el niño parece encontrarse bien y usted no detecta una tendencia a subir la temperatura, puede abstenerse de tomar medidas concretas contra la fiebre mientras se mantenga en cifras moderadas.

   No tape ni vista demasiado al niño con la noble pero equivocada intención de que no se enfríe. Justamente lo que se debe permitir es lo contrario, es decir, que se elimine el calor producido en exceso. Con temperaturas superiores a 39ºC  rectales es probable que su hijo solo precise una camiseta de manga corta y una braguita por toda ropa. Cuando se inicia un episodio de escalofrío es recomendable cubrirlo mínimamente(una sábana o ,como máximo,una mantita fina) hasta que se produzca el inevitable subidón térmico, momento en el que vuelve a ser innecesario el exceso de ropa.

   No obligue a su hijo a permanecer en la cama si el único motivo de que dispone para tomar esta medida es la fiebre. Seguramente se encontrará mas confortablemente si puede realizar alguna actividad en su habitación o en otra dependencia del domicilio.

   Los antibióticos no bajan la temperatura. Si su médico no los ha prescrito, debe suponer que tiene buenas razones para no hacerlo. De hecho, la inmensa mayoría de los cuadros infecciosos infantiles están ocasionados por virus, que son insensibles a la acción de los antibióticos, y acostumbran a curarse por sí solos.

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